Vino el delegado provincial de Medio Ambiente con renovadas concesiones de agua y otras promesas. El objetivo era desactivar las manifestaciones en marcha. Pero parece que su empresa no auguraba demasiado éxito. Ahora el turno le ha correspondido al alcalde de Castril con declaraciones de una vileza y mezquindad que no ya son impropias del cargo institucional que ostenta, sino de cualquier persona que participa del debate público, el debate de la política. En la foto realizada del cartel que ha colocado en la puerta del ayuntamiento puede leerse un extracto de sus declaraciones a los medio de comunicación (pinchar en la foto para ampliar).
Ahora se saca de la chistera que la manifestación es contra los nuevos regadíos. Debe ser que al alcalde de Castril no le gusta leer los comunicados y carteles de la convocatoria de manifestación. Frente a ello nos anuncia una nueva concesión de regadíos (“es ya una realidad”). Pero no enseñan ningún boletín oficial ni algún otro documento donde esté publicada la nueva concesión (¿cuántas van?). También dice que los regadíos tradicionales no verán disminuidas sus concesiones. La respuesta se la van a dar ellos mismos.
Arremete contra los promotores a los que acusa de que la manifestación es para pedir su dimisión. Estamos acostumbrados a su victimismo, pero que invente tales cosas cuando la convocatoria de la Plataforma es pública y los carteles están en las plazas y calles, no le sirve más que para incrementar su propio desprestigio.
Lo que ya no sorprende es su crítica al ayuntamiento y pueblo de Cortes de Baza. En esta ocasión añade un elemento nuevo en la confrontación que persigue con el vecino pueblo. Se trata de una proyectada planta de energía termosolar, de la que aún saben poco en el ayuntamiento de Cortes de Baza. Esto le duele al alcalde de Castril. El fomento y uso de energías renovables no está entre sus objetivos. Lo hemos dicho en otras ocasiones: para quien apuesta por el desarrollismo depredador, las energías renovables, como la solar, producen un gasto y unos consumos de agua (¿de dónde habrá sacado esa información?) absurdos comparados con cualquier otra actividad económica o fuente de energía. Quizá piense que es mejor una central nuclear o una térmica. O la hidroeléctrica que, con su apoyo, se pretende instalar en la presa del Portillo y que entre otros efectos supondrá una radical alteración de los caudales naturales del río.
No vamos a entrar en las pretendidas descalificaciones que hace sobre los demás. La respuesta la tendrá el día 23 en las calles de Castril cuando la voz del pueblo le exija que haga valer el decreto de paralización de las obras del trasvase y acuda a los tribunales. Como también se le exigirá a las administraciones del Estado que dejen de mirar para otro lado y asuman su responsabilidad en la gestión del medio ambiente.
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