Mientras las tuberías continúan
enterradas a los largo de la vega del río, los pueblos de Castril y Cortes esperan que el Constitucional
decida sobre la cuestión de inconstitucionalidad interpuesta por el tribunal
Supremo. Una vez tomada esta decisión, el Supremo podrá pronunciarse por las
peticiones pendientes acerca de la retirada de las tuberías, restitución del
medio y las indemnizaciones pendientes. Pero no parece probable que vaya a
suceder en este año que entra.
Algunos proyectos que fueron
anunciados recientemente, como la carretera de Cebas en las proximidades del pantano, o la
sustitución del tramo de tubería del agua para abastecimiento que concentra la
mayor cantidad de averías, deberían empezarse sin más demora. El equipo de
gobierno tendría que realizar las gestiones que agilizasen el inicio de las
obras en las primeras semanas del año.
Por otra parte, tampoco acaban de
arrancar los nuevos regadíos que se aprobaron este verano. Se hicieron algunas
gestiones (especialmente en lo concerniente a la financiación), pero por ahora no
han fructificado tal como se esperaba.
Por otro lado, la controvertida
gestión del alcalde del PSOE, José Juan López, en la legislatura pasada y cuyas
irregularidades fueron desveladas en el informe que encargó el alcalde de Nuevo
Castril, Miguel López, se encuentra en proceso de investigación en la fiscalía.
El resultado de esta investigación así como de otras denuncias judiciales
(también referidas a asuntos de su gestión), podrían en este año dar por
cerradas las responsabilidades judiciales en las que habría incurrido José Juan
López por estas presuntas irregularidades y el despilfarro de dinero público, tanto
en el ayuntamiento como en el Centro Saramago.
Por lo demás, es importante que
se terminen las obras del colegio, que se dote a Castril de un parque infantil
y que se inaugure y promocione el castillo. También, y como responsabilidad de todas
las fuerzas políticas y administraciones del Estado, habría que buscar proyectos
para desarrollar el turismo rural, la agricultura ecológica y la ganadería. Por
último, habría que blindar de forma definitiva la preservación del río y de la
vega, con figuras de máxima protección, cursando y acelerando iniciativas
parlamentarias a tal fin.