El 11 de agosto de 1936, Blas
Infante fue ejecutado en el km. 4 de la carretera de Carmona por los golpistas.
Aquel asesinato se justificaría en una sentencia dictada 4 años después y, en
una aberración jurídica, aplicando retroactivamente la ley. Hoy día sigue sin
haberse revisado esa ignominia. Que esta reparación no haya sido posible, que
los restos de Infante se encuentren en una fosa común del cementerio de S.
Fernando, según se supone, es una muestra de la situación de debilidad política
y cultural del pueblo andaluz. Y del olvido de lo que fue la obra y el
pensamiento de Blas Infante.
Desde Castril también nos unimos,
en espíritu, a los actos de homenaje que se están celebrando sobre la figura de
Blas Infante.
Para leer sobre su pensamiento y
sobre Andalucía, pueden verse los siguiente enlaces:
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