Pasaron los año difíciles de la
anterior legislatura y un nuevo aire de libertad recorrió todo el municipio.
Desapareció el temor de los vecinos ante posibles represalias desde la alcaldía
y cualquier vecino/a pudo expresar su opinión libremente sin ser llamado al
orden. Las asociaciones pudieron ejercer sus derechos en libertad sin
inventadas trabas burocráticas. La alcaldía ya no era el “Gran Hermano” de la
novela orwelliana que todo vigilaba. A las administraciones controladas por el
PSOE dejaron de llegar los avisos (cartas,
visitas, llamadas telefónicas…) para controlar e investigar a los disidentes. Cualquiera
podía hablar con quien quisiera sin recibir las amenazas del alcalde, las reuniones
en los bares podían celebrarse sin más requisito que la voluntad de los
convocados y los hosteleros respiraron aliviados de que desde el ayuntamiento
no les llegara ninguna amenaza. Los niños han podido protestar y quejarse, como
saben hacerlo (pintadas, chirigotas…), sin que la autoridad municipal interviniese
para poner orden. Dejó de propagarse con dinero público todo tipo de calumnias,
difamaciones y mentiras a través de medios afines, periodistas colaboradores y
panfletos. Los locales públicos dejaron de ser exclusivos de actos de
propaganda del alcalde para que el pueblo pudiera disponer de ellos. A nadie le prohibieron los derechos que la Constitución reconoce para cualquier
ciudadano y la Plataforma por la Defensa del Río Castril pudo seguir convocando
actos en locales públicos. Las persona implicadas en la defensa del río no
temieron porque sus nombres circularan por las instituciones administrativas
que pretendían el trasvase. El equipo de gobierno dejó de fisgonear en las
fotos de las movilizaciones contra el trasvase para identificar a las personas
que en ellas aparecían. Tampoco temieron por delaciones (falsas en gran medida
entonces) ante instancias gubernativas y judiciales. Nadie fue excluido o temió
no ser contratado por no mantener afinidades diversas con el alcalde. Desde el
poder municipal y de las administraciones afines dejaron de propagarse bulos y
mentiras (regadíos, colegio…) con fines electoralistas y desmovilizadores.
La lista de acontecimientos por
los que vecinos y vecinas han dejado de sentir miedo, o la represión y
persecución que sufrieron durante la legislatura que terminó en 2011, sería
interminable. Pero este nuevo clima de
libertad que se vive no nos anuncia un 2013 exento de problemas. Pendientes o
sobrevenidos, el ayuntamiento y el equipo de gobierno, con el actual alcalde y
el que lo relevará esta primavera, tendrán que dar respuesta a numerosos de
ellos:
-Tendrán que trabajar con la Plataforma para
resolver definitivamente los intentos de trasvase del río Castril. Tanto desde
un punto de vista político como judicial. Para ello, 2013 tendría que ser el
año en el que se consiguiera la protección integral del valle y del río,
cerrando las iniciativas puestas en marcha y asumiendo el pago de los recursos
judiciales.
-En este año se debería dar
solución al problema planteado por la central hidroeléctrica, resolviendo el
tema de la turbina. Se trataría de que la turbina que se instalase respetara en
todo momento los caudales ecológicos (estudio de la Universidad de Granada) y las
necesidades de regadío. También tendría que negociarse la coparticipación del
ayuntamiento en la explotación de la central para que el pueblo pueda
beneficiarse de ello.
-El ayuntamiento tendría que
definir su estrategia respecto a los nuevos regadíos, poniéndose de acuerdo con
todas las partes (administraciones y asociaciones) que están interviniendo en el proceso.
-El colegio y la carretera de Pozo
Alcón tienen que ser un objetivo a conseguir este año entrante. La negociación
con las delegaciones de la Junta y la CHG tiene que hacerse con carácter inmediato.
-La sustitución de la tubería de
agua para abastecimiento: con alguno de los proyectos ya planteados o con el
concurso de las administraciones, el camino para la resolución de este grave
problema tiene que hacerse en este primer trimestre del año.
-El plan de desarrollo de turismo
sostenible, que en un primer borrador ha elaborado el grupo de IU, tiene que
negociarse con el sector (empresas y vecinos/as interesados) y las
administraciones junto a la dirección del parque. Ligado a este, habrá que
estudiar las posibilidades que aún ofrecen las recortadas políticas activas de
empleo, con la consecución para Castril de alguna escuela taller relacionada
con el sector de turismo, patrimonio y naturaleza. 2013 puede ser el año del
relanzamiento de Castril con el castillo, el río y la sierra como reclamos.
-El ayuntamiento tiene que
volcarse en el apoyo a la IX Fiesta Andaluza del Agua que se desarrollará esta
primavera en Castril (en la legislatura pasada hubiera sido imposible, como sucedió con
las jornadas emprendidas en 2008, que a pesar de contar con la presencia de diputados,
catedráticos, expertos de reconocido prestigio, etc., se denegaron todos los
locales públicos y, finalmente, tuvieron que celebrarse semiclandestinamente en
el comedor de un restaurante de la localidad). La fiesta, que promueve la Red
Andaluza de la Nueva Cultura del Agua, cuenta además este año como coorganizadores
de la misma, con la Plataforma y la asociación de amigos de las acequias
(ASSAQYA).
-Tampoco puede demorarse la clarificación de la situación contable y el futuro del Centro Saramago. Habría que conseguir la financiación suficiente para mantener su actividad y atender al pago, al menos, de la deuda contraída con los proveedores locales.
-Por último, el equipo de
gobierno tendrá que hacer el esfuerzo, en términos de negociación, para que las
cuentas de 2012 se aprueben y se puedan elaborar los presupuestos de 2013. Y
todo ello durante el primer trimestre.
Se pueden añadir más iniciativas,
pero estas son, a nuestro juicio, las que por su relevancia demandan su implementación
durante este próximo año. Invitamos a los lectores/as a que hagan también otras
sugerencias.