El día 25 se celebran las
elecciones al parlamento andaluz. La campaña electoral se cerrará con una
jornada de reflexión que será una de las que más incertidumbres genera de las
últimas convocatorias electorales.
En efecto, las encuestas vienen
señalando la caída del voto del PSOE en Andalucía acompañado de un incremento
de la intención de voto de IU y PP. También aparece UPyD con ciertas opciones.
El resto de partidos o coaliciones electorales no parece que vayan a conseguir
ninguna representación institucional.
Ante la pregunta objeto de
reflexión, “¿a quién votar?”, podemos acompañarnos de los siguientes elementos de
análisis que, en principio, parecen evidentes o se desprenden del
comportamiento político y propagandístico de las candidaturas que concurren por
Granada:
Para aquellas personas que se
identifiquen con la política seguida en Andalucía desde que funciona como
comunidad autónoma (hace 30 años) y, además, con la política seguida por el
Gobierno de Zapatero en las dos legislaturas en que estuvo en el poder, la
opción es bien clara: pueden votar al PSOE.
Pero también hay otras personas
que pueden estar de acuerdo con la gestión que se está haciendo desde el Gobierno
central, presidido por Rajoy, y las medidas para salir de la crisis, tanto las
actuales como las que proyectan para el futuro. Además, a ellas, se les pueden
unir todas las personas que se sientan conservadoras y de derechas. En cuanto a
la política a desarrollar en una comunidad autónoma, si comparten la gestión
realizada en la comunidad de Madrid o la de Valencia, por poner un ejemplo de las más significativas
gobernadas por el PP, no pueden tener ninguna duda acerca del sentido de su
voto. En todos estos casos, está claro que la opción es el PP.
La población que no se sienta
identificada con ninguna de estas dos fuerzas políticas, bien porque no están
de acuerdo con las políticas realizadas como gestión de de la crisis o por el
generalizado estado de corrupción y profesionalización de la clase política, bien
sea debido al deterioro de la democracia y el Estado del bienestar o la
alarmante situación del desempleo, podrá optar por otras fuerzas que, hasta ahora, no han
gobernado a nivel central o autonómico en solitario y que también optan a la
representación en el parlamento andaluz. Entre ellas, y según las encuestas, la
que más opciones tiene es Izquierda Unida. En su programa defiende que la
salida a la crisis la paguen los que la han generado, el capital especulativo y financiero
fundamentalmente, así como también proponen la defensa del Estado del bienestar
fortaleciendo el sector público (sanidad, educación, ayudas a la dependencia y
banca pública) así como las condiciones de vida de los sectores desfavorecidos
de la población. Un claro programa de izquierdas para que pueda ser votado por
quienes asuman esas propuestas.
Además de IU, EQUO se presenta con un programa
de corte ecologista, un programa para quienes prioricen los problemas
medioambientales. También aportan soluciones a la crisis desde criterios de
sostenibilidad. Tanto EQUO como IU han sido fuerzas políticas que se han
opuesto al trasvase del río Castril.
Por otro lado, los andalucistas
están tratando de volver a sus orígenes con una defensa de los intereses de la
comunidad andaluza por encima de aquellos otros que representan las decisiones
políticas tomadas por el Gobierno central. Siempre puede ser una alternativa de
voto para quien piense en la necesidad de recuperar ese andalucismo venido a
menos. Su candidatura puede ser el PA.
Sin duda, hay muchas personas
deseosas de un cambio. Son muchos los años que lleva gobernando el PSOE y el
agotamiento del modelo que propugna es evidente. El poder corrompe, y tras esa
cantidad de años ejerciéndolo, más todavía. Pero esa necesidad de cambio tiene
que estar bien reflexionada. Aún así, si
todavía quedan dudas, si nadie convence y no se sabe si se está más cerca de la
derecha o de la izquierda, o ni siquiera qué sea tal cosa, pues entonces muy
bien puede votarse a UPyD. Igualmente, quien en estos momentos se encuentre más
preocupado por la situación de abandono de los animales domésticos y el
maltrato que otros sufren, podrá votar al partido animalista. Asimismo hay
otras candidaturas que no cuentan con posibilidades pero que pueden significar
un voto de protesta ante las políticas de las fuerzas mayoritarias.
Por último, en este breve repaso
de las diferentes candidaturas, mencionaremos a Izquierda Anticapitalista. Se
presenta con una decidida vocación de izquierdas, con un programa para
sustituir el capitalismo por el socialismo y organizar la sociedad de acuerdo a
los intereses de las clases trabajadoras y el pueblo. Además sostiene un
criterio de gestión de los recursos e interacción con el medio ambiente
equilibrado y situando como objetivo la satisfacción de las necesidades
sociales y no el beneficio o la
productividad.
Además, existen otras pequeñas y variopintas candidaturas que también reclaman nuestro voto. Y hasta ahí las posibilidades
abiertas para dirigir nuestro voto en cuanto a candidaturas se refiere. Pero
quedan otras opciones: votar en blanco, votar nulo o, directamente, no votar.
Si se quiere expresar el rechazo a una ley electoral injusta, a la pérdida de
calidad de nuestra democracia, a un sistema donde los derechos reales están en
manos de unas minorías, también se puede acoger a una de estas modalidades.
Pero ello tiene que ser porque se entiende que es la mejor opción, no por pura
pasividad o desinterés de lo que significa políticamente la jornada del 25.
Nos esperan 15 días de campaña
electoral. Algunas fuerzas políticas callarán lo que se proponen hacer y nos
venderán bondades, contra toda lógica, de lo que están haciendo. Incluso
culparán a otros de las medidas impopulares. Otros dirán que van a hacer lo que
no hacen donde aún gobierna ni hicieron cuando gobernaron. No les demos más
crédito que el que nuestra memoria personal y colectiva pueda apreciar. Para
ello nunca mejor que el diálogo con la palabra, un debate sereno, tranquilo,
con la familia, con las amistades, en el trabajo. Después, que cada cual decida. El
pueblo tiene la palabra.