Ese es el problema de un pueblo y
una comarca económicamente deprimida. Los jornales al cabo del año son pocos y
la supervivencia de las familias depende de ellos. En esas condiciones, estando
en huelga forzada gran parte del año, cuando surge la oportunidad de realizar
ciertos trabajos remunerados, renunciar a ellos es una quimera.
Aún así, nos consta, algunos
agricultores se han sumado a la huelga de trabajo y consumo. También lo han
hecho trabajadores públicos que realizan su tarea en municipios colindantes y
en el ayuntamiento de Castril. A su vez, también han realizado huelga personas
provenientes de otros municipios y que realizan su trabajo en Castril. De los
establecimientos cerrados destacamos que, durante toda la mañana, las dos
entidades financieras de la localidad han permanecido cerradas.
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