El Centro cultural Saramago, que viene funcionando en Castril como fundación desde 2007, se ha visto envuelto en una polémica en la que finalmente han intervenido responsables de diferentes partidos políticos y la propia familia del escritor. Pero, ¿dónde hay que situar el origen de toda esta polémica? Sin duda en la gestión llevada a cabo durante estos cuatro años por su gerente, José Juan López Ródenas, antiguo alcalde de Castril. Veamos:
Desde 2007, las instituciones representadas en el patronato del Centro Saramago han venido realizando aportaciones anuales para el sostenimiento de sus actividades. Esta fundación, como toda fundación, tiene que tener unos libros en los que se dé cuenta de su patrimonio y de la gestión realizada. Pero es más, al recibir subvenciones de las instituciones, dinero público, está obligada a responder de la inversión de dicho dinero en un corto plazo de tiempo. En concreto, de la subvención que otorga la Diputación, tiene que justificar su empleo antes de cumplirse los tres meses desde que es recibida. Así, de la Diputación granadina ha recibido desde 2007 la cantidad de 216.00 euros. ¿Alguien conoce el destino de estas partidas? No por ahora. El patronato no se ha reunido en ningún momento y el que hasta ahora ha sido su presidente, Antonio Martínez Caler, también presidente de la Diputación de Granada en la legislatura pasada, no ha comunicado si en su poder obra documentación alguna de la gestión del Centro.
Tras las elecciones municipales pasadas y el cambio en la alcaldía de Castril, han sido muchas las deudas que por diferentes motivos se reclamaban al Centro Saramago y que se han dirigido al nuevo equipo de gobierno con la esperanza de que pudiera solucionarse el pago de las mismas. El ayuntamiento, como es obvio, no puede hacerse cargo de ellas con dinero de sus presupuestos. Lo que sí está en su poder como institución representada en el patronato es proceder al cambio de representante respecto al que había en la anterior legislatura (era el anterior secretario del ayuntamiento, que había pedido su dimisión del patronato en enero), así como pedir la documentación que permita saber el estado patrimonial y financiero del Centro, máxime cuando el ayuntamiento había otorgado anualmente una partida para gestión del mismo. Así lo hizo, pero el gerente no entregó nada con la peregrina excusa de que al cambiar las cerraduras de las dependencias municipales, decisión tomada poco después del cambio de gobierno municipal, se quedó sin llave para acceder al Centro. Al parecer debía ser una humillación para él pedir la llave a las personas que sí la tienen, las personas que allí trabajan (alguno de su entorno familiar) y que se encontraban en el pueblo cuando se repartieron las copias (recordemos que el ex alcalde se quitó de en medio marchándose del pueblo en todo un ejemplo de cómo proceder cuando se produce un traspaso de poderes), o directamente pedírsela al alcalde o al concejal de cultura. No fue así. Y lo que tenía que haber hecho todos estos años, evacuar informe de las actividades del Centro al ayuntamiento, ni lo hizo a pesar de las múltiples de las peticiones que entonces le hizo la oposición, y continúa en la actualidad sin hacerlo. La Diputación a su vez le ha pedido la documentación que preceptivamente tiene que tener el Centro. También ha recibido la callada por respuesta. ¿En qué se ha gastado el dinero? Además de las subvenciones recibidas de la Diputación y el ayuntamiento, desconocemos las realizadas por la Universidad y el monto total de las concedidas por la Junta de Andalucía.
De entre estas deudas, en el mes de junio, se dio a conocer la mantenida con un hostelero de la zona. La noticia, como ya dijimos entonces, no se correspondía con la verdad. Según el vicepresidente de la Diputación, José Torrente (PP), en el ayuntamiento existía una factura pendiente de pago por valor de 9.000 euros, y que era debida a la celebración de la boda de Saramago y Pilar, cuya unión civil fue realizada en Castril en 2007. Sin duda, tuvo que recibir la información “de oídas”, pues ni había factura en el ayuntamiento ni el falso ”banquete” costaba esa cantidad. Posteriormente aparecería un albarán por valor de 4.800 euros, donde erróneamente se vuelve a hablar de “banquete”. Cierto es que a ese hostelero se le adeudan además otras partidas por otros conceptos que en total sí suponen los 9.000 euros de los que confundidamente habló el vicepresidente. Esta información es la que ha indignado a los familiares de Saramago y ha levantado la polémica.
Pero si existe esa deuda, en concepto de qué y quién ha sido el peticionario del catering que se produjo en 2007. El gerente del Centro, que realizó el encargo con el hostelero, sostiene que fue la Universidad quien invitó y se comprometió al pago del catering con motivo de los actos celebrados tal día, como fue la presentación de la cátedra José Saramago de la Universidad de Granada. En esos mismos términos le fue comunicado a familiares del escritor dicho día. Sin embargo, desde la Universidad nadie dice nada. Y el gerente tampoco dice quién de la Universidad fue su interlocutor. En la presentación de la cátedra estuvo el anterior rector y, además, se encontraba el presidente del patronato del Centro, A. Martínez Caler. Ninguno ha comentado nada. Y es muy curioso que el PSOE, partido al que pertenecen Martínez Caler y José Juan López (presidente y gerente del Centro respectivamente antes de las elecciones municipales), no hayan abierto la más mínima investigación del caso ni efectuado ningún pronunciamiento sobre las peticiones de documentación al Centro. Sólo ayer formularon una tímida protesta por las declaraciones de José Torrente, exigiéndole que pida perdón a la familia Saramago por difundir las falsedades en torno a la deuda con el hostelero. Pero ni una palabra de la gestión del Centro ni de la petición de la preceptiva documentación que el Centro tiene que poseer y de la que debe hacer entrega.
También ha protestado IU, a través de una diputada provincial y de la concejal del ayuntamiento castrileño, instando al dirigente del PP a su rectificación. Pero en este caso no podemos decir que no hayan querido esclarecer la situación irregular de la gestión del centro. Sus iniciativas, desde hace meses, han ido encaminadas a obtener todos los datos antes de pronunciarse. Por ello han insistido en la necesidad de contar con una información veraz de la situación del Centro y que una auditoría sobre el mismo sería la mejor garantía. También el alcalde de Castril estaba a la espera de que la información le llegara antes de pronunciarse sobre la polémica.
Pero, ¿por qué existe esa deuda desde el 2007? ¿Por qué el gerente no ha exigido su pago a quien adquirió el compromiso? ¿Por qué desde el 2007 no ha comunicado nada a la familia de Saramago de la situación de la deuda? ¿Por qué no remitió la factura cuando hace unos meses le fue solicitada? ¿Había algún interés en mantenerla oculta? Si la Universidad no reconoce el compromiso y José Juan López no es capaz de identificar fehacientemente a la persona con quien habló o negoció, entonces podemos sospechar que todo salió de su fantasiosa imaginación en su afán de aparecer como persona capaz y dispuesta ante las personalidades de la cultura y la política aquel día concitadas. Y tendrá que negociar el encargo que hizo firmando la factura por el precio acordado.
Ahora lo que todos esperamos es que la reunión del patronato se produzca sin demora, que se acuerde la continuidad del Centro o el cambio de nombre según lo solicitado por la viuda del escritor, y que se apruebe una auditoría sobre la gestión en estos cuatro años. Y por supuesto, el nombramiento de otra persona como gerente.