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8.1.12

Pilar del Río pide que se le quite el nombre al Centro Saramago de Castril para evitar confusiones con la Fundación José Saamago.


Hemos informado en anteriores ocasiones acerca de las numerosas deudas que se reclaman al Centro Saramago. Los trabajadores y trabajadoras del vidrio de Castril pudieron por fin cobrar sus salarios tras interponer la correspondiente demanda judicial. No sucedió lo mismo con quien alquilaba y alquila los locales destinados a la venta del vidrio. Pero ese fue sólo el primer caso conocido. Paulatinamente empezaron a aparecer personas también con deudas pendientes y que se dirigieron al ayuntamiento a reclamar su pago, pues había sido el anterior alcalde y todavía gerente del Centro quien las había contraído. Se reclamaron deudas por gasoil, por publicidad en varios medios de comunicación, por alquiler de instrumentos musicales, por materiales de ferretería y por servicios de restauración. Algunas de estas deudas han sido reclamadas por vía judicial. Pero sobre el alcance real de las deudas y la situación patrimonial y financiera del Centro, poco se sabe. Y eso es así porque el gerente y ex alcalde no ha entregado los preceptivos libros donde tiene que estar todo recogido. El Ayuntamiento de Castril y la Diputación de Granada, que con la Universidad son las instituciones que forman y han subvencionado el Centro, pidieron la documentación mencionada y ambas obtuvieron la callada por respuesta. ¿Cómo es posible que aparezcan deudas desde 2005? ¿En qué se ha gastado o invertido el dinero procedente de estas instituciones o de la propia Junta de Andalucía –que subvencionaba las actividades del vidrio-? Pues hasta ahora sigue siendo un misterio. Por eso no nos cansaremos de repetir que se necesita una auditoría que aclare toda esta situación.

Pero de todas estas anomalías e irregularidades, la que ha tenido más resonancia mediática ha sido la aparición de una deuda por un catering celebrado en Castril con motivo de la presentación de la cátedra José Saramago de la Universidad de Granada, acto celebrado en 2007. De esta deuda se hizo eco el vicepresidente de la diputación, denunciando ante los medios que en el ayuntamiento de Castril existía una factura de 9.000 euros por el banquete de la boda de J. Saramago y Pilar del Río. Esa información no se correspondía con la verdad, pues lo que se presentaría posteriormente al ayuntamiento fue un albarán a nombre del Centro Saramago por un importe de 4.700 euros. Aunque sí es cierto que en su concepto ponía lo del banquete, bien porque eso creyera el responsable hostelero o bien porque el gerente se lo dijera, dado que ese mismo día firmaron Pilar y José la unión civil (están casados desde el 88) en el ayuntamiento castrileño. En cualquier caso, el encargo lo realizó el gerente, y si como sostiene él se realizó a instancias de la Universidad, será él quien tendrá que aclarar la situación con la Universidad y responsabilizarse de que esa deuda, como las demás, sean pagadas. En estos cuatro años transcurridos desde aquel evento, según el responsable hostelero, han sido varias las veces que ha reclamado el pago de la deuda. ¿Por qué el gerente la ha mantenido dormida, sin comunicar a nadie la existencia de la misma? El caso es que estas informaciones tergiversadas han venido a empañar el nombre de J. Saramago y a generar, además, confusión respecto a las actividades del Centro.

Así las cosas, la presidenta de la Fundación Saramago (con sedeen Lisboa), Pilar del Río, ha pedido que se cambie el nombre del Centro Saramago de Castril. Como dice un miembro del patronato de la Fundación José Saramago, Jesús del Río, en carta enviada al ayuntamiento, “para evitar estas confusiones, es deseo de Pilar del Río, viuda de José Saramago y presidenta de la Fundación José Saramago, se arbitren los trámites necesarios para el cambio de denominación de la Fundación Centro José Saramago, eliminando el nombre del escritor y que sea dada de baja como vocal del Patronato de la misma”

Añade también que “Esta información falsa ha generado un daño en la imagen de José Saramago, precisamente una persona que es hijo adoptivo de ese municipio y que tan generosamente se ofreció en vida para la promoción cultural de Castril. Sin embargo ningún responsable institucional de la Fundación Centro José Saramago (Ayuntamiento de Castril, Diputación de Granada y Universidad de Granada) se ha pronunciado para aclarar y corregir estas informaciones inciertas. Parece que poco agradecimiento queda en estas instituciones para una persona que tanto ofreció a Castril”.

La preocupación manifestada en la carta es lógica. Los desaguisados cometidos en la gestión de José Juan López, los que han salido a luz y los que podrían hacerlo, no pueden enturbiar el nombre de alguien que lo prestó con la finalidad de que pudiera contribuir al conocimiento de un olvidado pueblo del altiplano granadino. Pero también desde el ayuntamiento se pretende poner cierto orden. A tal fin la concejal de IU, Alicia López, ha realizado diferentes gestiones, entre ellas, sabemos, de varios intentos para reunir al patronato del Centro, lo que parece que por fin podría producirse en breve. Veremos qué decisión toman: si apostarán por su continuidad, por el cambio de nombre o la peor de todas las alternativas: su disolución. En cualquier caso, lo que sí tiene que quedar meridianamente claro es la fórmula para saber el estado real del Centro. Y ello pasa por la realización de una auditoría y la exigencia de responsabilidades a quien ha sido hasta ahora su gerente.

9 comentarios:

Carmen del Rio dijo...

Como castrileña y de la familia de Saramago lo que quiero es eso, que todo se aclare. A ver si es verdad que la concejala de IU actúa y, con todo claro, se deja de dar pábulo a un montón de descerebrados que no saben de qué están hablando y que aprovechan el tema para sacar beneficios partidistas o satisfacer enquinas personales. Como castrileña (yo sí que nací allí, no Pilar), se me revuelven las tripas viendo lo que está sucediendo. !menos mal que ni José ni nuestra madre lo sabrán nunca! Hace poco, en una entrevista me preguntaron que cuál había sido el mejor día de mi vida y, mira por donde, sobre muchas otras cosas importantes, incluyendo el nacimiento de mi hijo, dije que fue ese 16 de julio, día del santo de nuestra madre y primero sin ella, y del famoso "agape", ahora, el recuerdo de ese maravilloso día se ha tornado agrio, no me es posible entender a alguna gente (no pongo calificativos porque ni merece la pena). Me gustaría seguir sintiéndome orgullosa de ser castrileña y trasmitirlo así a los más jóvenes de la familia y espero que pueda ser así, que todo se aclare y que los que han pretendido ensuciar el nombre de un hombre como José, queden, ante los medios, como lo que son, unos miserables. Hay algo muy claro, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

Anónimo dijo...

Al hilo de lo expuesto en esta entrada del blog, me surgen una serie de preguntas, para algunas de las cuales no tengo respuesta.
¿Qué ha pasado ahora en Castril? Sencillamente ha pasado lo de siempre: que hemos vuelto a salir en los medios de comunicación por una noticia que no favorece precisamente a nuestro pueblo.
¿Cuál es esa noticia? Pues que Pilar del Río, con buen criterio y para evitar que el Centro, el nombre de su marido y el suyo propio se vean injustamente menospreciados e involucrados en una polémica con la que nada tienen que ver, ha decidido apartarse del Centro José Saramago y desvincular también el nombre de su marido del mismo.
¿Y a quién beneficiaba que en Castril hubiera un Centro que llevara el nombre del Premio Nobel? Evidentemente no al insigne escritor, que, por razones obvias, no lo necesitaba, ni tampoco, por supuesto, a su esposa, que es la que tiene una relación familiar y personal con el pueblo. Naturalmente quien salía beneficiado era el pueblo, además de por otros motivos, porque, al unir su nombre al de Saramago, Castril era conocido en el mundo entero.
¿Y quienes salen perjudicado por la desaparición del Centro Saramago? Por supuesto Castril y los castrileños, que, de esta forma, se verán privados de una institución cultural emblemática y de una serie de proyectos y actividades que se venían realizando y que deberían haber seguido haciéndose.
¿Pero quiénes son los responsables de la desaparición del Centro Saramago?
¿La Fundación Saramago de Lisboa o Pilar del Río? Naturalmente que no puesto que, en estas circunstancias, han actuado como cualquier otro lo habría hecho.
¿Los que, aun sabiendo que los trapos sucios se deben lavar en casa, a la vista de que los trapos estaban tan sucios que apestaban, han optado por airearlos?
¿Quién o quienes, teniendo la obligación de no ensuciar los trapos o de, al menos, lavarlos cuando se ensuciaran, no sólo no lo han hecho sino que, pensando mal, a lo mejor los ha enmierdado más hasta que han llegado a apestar e, incluso, a pudrirse?
¿Y ahora qué toca? Pues lo de siempre en Castril: agua y ajo

Anónimo dijo...

Pues yo siendo de Castril, si fuera familiar de Pilar desvincularía definitivamente el nombre de Saramago del pueblo. Y ya no es por esa gente (poca) que han descargado un odio brutal e irracional sobre el escritor, sino por este nuevo alcalde del que esperaba mucho más y ha dejado mucho que desear. No ha sabido estar a la altura de las circunstancias y como los anteriores, Castril aparece en los medios sólo para mierda y mierda. No ha sabido defender el patrimonio de Castril y se ha puesto de rodillas ante esa derecha carca y cateta que representa el PP. Y el tío tiene el morro de decir que la viuda no tiene ningún derecho sobre el nombre Saramago, claro para que la derecha casposa que gobierna Castril lo ensucie cada día a su antojo. Es una vergüenza lo que los de antes y los de ahora han hecho para hacer del pueblo un salpicadero de noticias cutres. Lo mejor es que dejen salir a Saramago de Castril que con él nos iremos otros.

Carmen del Río dijo...

Donde pone "enquina" debe poner inquina.

Anónimo dijo...

El culpable es el brazo tonto de la politica (Torrente) que monto una rueda de prensa para meterse ironicamente con Saramago , aparte de inventarse una factura que nadie aun la ha visto de 9000 euros y concepto que no irreal, no fue un convite familiar sino q un resfigerio por una inauguracion.
Despues son tambien culpables los concejales del Ayuntamiento que ninguno de los 4 partido salio a desmentir las declaraciones de ese tal Torrente (el que fue denunciado por cobrar dietas irregulares) sabiendo que existia tal factura. Ahora si sale el Alcalde pero ya es demasiado tarde, se ha dañado la imagen de Saramago y nadie ha hecho nada, al final la derecha (PP y Torrente) ha salido victoriosos se han cargado a un rojo de mierda.

Anónimo dijo...

Puntualizaciones a los comentarios de las 22: 26 del 9 de enero y de las 11:55 del 10
¡Menudo follón ha organizado el Sr. Torrente con su desafortunada reclamación de explicaciones de una presunta factura del Centro Saramago de Castril! Parece ahora que los culpables de la posible desaparición del Centro son, por este motivo, este diputado provincial y, por extensión, su partido, el “carca, cateto y casposo” Partido Popular.
Efectivamente, parece ser que el Sr. Torrente se equivocó lamentablemente al preguntar, sin contrastar suficientemente la información y sus fuentes, por una factura que, al parecer, ni por la cantidad ni por el concepto, se correspondían con la realidad. Se tiró de cabeza a la piscina sin comprobar previamente si tenía agua o si, al menos, tenía el agua suficiente.
Pero, digo yo, que si el Sr. Torrente, que no es de Castril, que yo sepa, tenía una copia de dicha factura, albarán o papel, o si, al menos, conocía la cantidad (habló exactamente de 9.000 euros, no de cuatro mil o de mil y pico, o de 19.000) alguien le tendría que haber dado el papel o haberle facilitado la información.
Sin embargo, en cualquier caso, parece que estamos errando el tiro, pues, a pesar de su lamentable metedura de pata, el Sr. Torrente no es más que el mensajero y ya sabemos que no se debe matar al mensajero.
Con los datos que vamos conociendo sabemos que, efectivamente, a un hostelero se le debe una factura, aunque no por la cantidad ni por el concepto que se le atribuía, y que, además, a otras muchas personas también les debe el Centro Saramago diversas facturas, algunas de ellas desde hace varios años.
Así es que digo yo que el verdadero culpable de todo este desaguisado será la persona que tan negligentemente ha gestionado el Centro (parece ser, entre otras cosas, que el patronato no se reúne desde hace varios años) y que tan desastrosamente ha administrado los fondos que recibía, o debería haber recibido, de las diversas instituciones que forman su patronato (¡ojo!, que no digo que se haya quedado con el dinero sino que lo ha administrado de una forma lamentable e irregular), porque cuando uno administra su dinero propio puede hacer con él lo que le dé la gana, tirarlo, gastarlo en juergas o quemarlo, pero cuando se administra un dinero que es de los demás, que es de todos, hay que ser muy escrupuloso en su administración y gastarlo sólo y exclusivamente en aquello para lo que va destinado, además, por supuesto, de no gastarse más de lo que se tiene.
Así es que, a mi parecer, éste es el verdadero culpable de todo este lío y el que debe explicar exhaustivamente todas las presuntas anomalías, y no la o las personas que, al enterarse, lo han hecho público aun con errores.
Y no extiendo la responsabilidad por todo este jaleo, como hacen otros con el PP, al partido al que pertenece el gerente del Centro y exalcalde, el PSOE, aunque por otros motivos, (EREs, compra de cocaína con el dinero de los parados, etc.) ya les están exigiendo los jueces explicaciones y responsabilidades a otros.

Anónimo dijo...

Al último comentario (11.01: 19,26): A Torrente se le facilitó desde el Ayuntamiento (alcalde o concejales del PP, porque no iba a ser ni los de GIC ni la de IU)los albaranes para soltar una mentira que ha hecho muchísimo daño. La mentira fue aireada sin contrastarla. Y de inmediato fue negada por parte de la familia pero aún así no ha hubo rectificación ni del alcalde ni del PP.
Ahora, cuando el Ayuntamiento ha hecho el ridículo a escala mundial más espantoso posible pretende recular y decir donde dije digo digo diego.
Entiendo a la familia. Nacho del Río escribió una carta hace meses denunciando estos silencios insultantes y nadie le hizo caso. Castril no merece que ese centro lleve su nombre. Que le pongan otro y lo dediquen a los coros rocieros.
Lo que pasa ahora, que es muy grave, no quita responsabilidades al anterior alcalde y al PSOE, pero nadie puede negar que este nuevo ayuntamiento, con el alcalde a la cabeza, ha gestionado pésimamente este asunto, convirtiendo a Castril en un inmenso lodazal que da vergüenza. Las cosas caerán por su propio peso.

Anónimo dijo...

hay un tema del que no se ha hablado y creo que es bastante mas grave que la comilona...es el supuesto sueldo del concejal transfuga...si esto es verdad y salta a la luz creo que puede que tenga que ver la porisa de desvincular el centro de la fundacion y lo del agape sea una cortina de humo

Administrador dijo...

No entendemos muy bien a qué se refiere con “desvincular el centro de la fundación”. El Centro Saramago es una fundación, por lo tanto no puede haber desvinculación. Si se refiere a la posibilidad de que su patronato decidiera su autodisolución en tanto que fundación, ello no tiene por qué ser un obstáculo para la auditoría y las responsabilidades en que hubiese incurrido el gerente. Recordemos que esta fundación tiene un patronato compuesto por Diputación, Ayuntamiento, Universidad, y Pilar del Río. El presidente ha sido Caler, anterior presidente de la Diputación, institución que ahora tendrá que efectuar el nombramiento de su nuevo representante, de la misma manera que tendrá que hacerlo el ayuntamiento. La decisión sobre la disolución tendrán que acordarla entre todos los representantes. Por ahora lo único que sabemos es que Pilar ha pedido darse de baja y que se retire el nombre de Saramago (esto último tendrá que aprobarse).
Respecto a lo que pueda salir con la auditoría, no lo sabemos. Puede ser lo que usted comenta u otras. Pero también es posible que algunas cosas estén “maquilladas”. Lo importante ahora es llegar a tiempo.
Por cierto, comilona, comilona…. Dejémoslo en aperitivo.