Debido a las obras en el túnel, la Confederación ha reducido el caudal del río a 500 l/sg, que es el que unilateralmente y sin ningún tipo de estudio proponen como caudal ecológico del río Castril. El caudal ecológico debe marcar un umbral en el que un incremento del mismo no suponga necesariamente un incremento o beneficio para las formas de vida que interactúan en el ecosistema fluvial, mientras que un decrecimiento de este sí que va a conllevar la degradación de las formas de vida, de la calidad del agua, del equilibrio en el ecosistema. Los estudios realizados por la Universidad de Granada y la Politécnica de Madrid (véase pinchando en la etiqueta caudal ecológico) señalan unos caudales por tramos y períodos de tiempo, pero que oscilarían entre los 1000 y 1.500 l/sg aguas abajo del Portillo.
En una entrada anterior advertíamos con preocupación que los 500 l/sg. fijados por la CHG e impuestos súbitamente ya afectarían al río y a los regadíos de la dehesa, tando de Castril como de Cortes de Baza. Señalábamos las consecuencias negativas que se irían produciendo de mantenerse la situación. Pues bien, a fecha de hoy parece que nos hemos quedado cortos en el pronóstico: empiezan a aparecer truchas muertas en diversas partes del río cuando sólo ha transcurrido una semana desde la reducción de caudal.
La trucha común del río Castril es una varidad genéticamente única, protegida por la normativa ambiental española y europea y que se encuntra en peligro de extinción. Es la especie emblemática del río. Si empieza a padecer las consecuencias de la reducción de caudal, quiere decir que la cantidad y la calidad de las aguas está disminuyendo drásticamente, por lo que otras especies, tanto en flora como en fauna pueden estar viéndose afectadas.
Resulta sorprendente cómo la CHG entiende lo que es un río, cómo las administraciones que deben velar sobre el medio ambiente conciben lo que es un río: un recurso económico. En tanto que recurso económico, como es obvio, tiene que invertirse donde más riqueza produzca. Es lo que se pretende con el trasvase del Castril a la comarca de Baza. Ese es el motivo por el que suponen un caudal para el río de 500 l/sg. Si ello degrada las formas de vida produciendo la muerte del río, quedará justificado por la riqueza generada en otros lugares. Es decir, la trasnochada tesis del desarrollismo que está en el origen de la crisis ecológica a la que hemos llegado en estos inicios del siglo XXI.
En una entrada anterior advertíamos con preocupación que los 500 l/sg. fijados por la CHG e impuestos súbitamente ya afectarían al río y a los regadíos de la dehesa, tando de Castril como de Cortes de Baza. Señalábamos las consecuencias negativas que se irían produciendo de mantenerse la situación. Pues bien, a fecha de hoy parece que nos hemos quedado cortos en el pronóstico: empiezan a aparecer truchas muertas en diversas partes del río cuando sólo ha transcurrido una semana desde la reducción de caudal.
La trucha común del río Castril es una varidad genéticamente única, protegida por la normativa ambiental española y europea y que se encuntra en peligro de extinción. Es la especie emblemática del río. Si empieza a padecer las consecuencias de la reducción de caudal, quiere decir que la cantidad y la calidad de las aguas está disminuyendo drásticamente, por lo que otras especies, tanto en flora como en fauna pueden estar viéndose afectadas.
Resulta sorprendente cómo la CHG entiende lo que es un río, cómo las administraciones que deben velar sobre el medio ambiente conciben lo que es un río: un recurso económico. En tanto que recurso económico, como es obvio, tiene que invertirse donde más riqueza produzca. Es lo que se pretende con el trasvase del Castril a la comarca de Baza. Ese es el motivo por el que suponen un caudal para el río de 500 l/sg. Si ello degrada las formas de vida produciendo la muerte del río, quedará justificado por la riqueza generada en otros lugares. Es decir, la trasnochada tesis del desarrollismo que está en el origen de la crisis ecológica a la que hemos llegado en estos inicios del siglo XXI.
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