Increíbles declaraciones del alcalde de Castril contra los ecologistas y, de paso, contra cualquier oponente político.

No le salen las cuentas al alcalde Castril. En la anterior campaña electoral dijo, escrito está en la propaganda política que distribuyó, que habían conseguido la concesión de agua para los nuevos regadíos de Castril y lo positivo que esto iba a suponer para el municipio. Negó el que hubiera un trasvase o proyecto de trasvase argumentando que sólo se instalaría una tubería para llevar agua para consumo humano en pueblos que la necesitaban, lo cual en nada perjudicaría al río de Castril.

Pero la realidad y los hechos van por otro lado. Veamos: El trasvase de 6-7 hm3 para Baza sigue adelante a pesar de encontrarse denunciado en los tribunales y en espera de la decisión del Parlamento Europeo. Dicha detracción de aguas es suficiente para la degradación ecológica del río. Lo hemos argumentado en anteriores entradas, por lo que nos remitimos a ellas. Parte del vecindario no mostraba su oposición al trasvase en espera de cierta compensación económica con la puesta en marcha de los nuevos regadíos. Desde un punto de vista político y ecológico o, si se quiere, desde el desarrollo sostenible, esto es sumamente criticable por cuanto la consecuencia es la muerte del río; pero comprensible para quienes consideran el agua que discurre por el río como un recurso económico y no la parte fundamental de un ecosistema.

A toso esto, la CHG propone una central hidroeléctrica en la presa del Portillo, el embalse existente sobre el río Castril. El compromiso que asumen en la CHG es el de mantener un caudal de estiaje cuando la central no funcione y otro en régimen de avenida cuando esté en pleno funcionamiento. Como vemos, supone una alteración artificial y sustancial de los caudales naturales del río. El impacto sobre la flora y, especialmente, la fauna es previsible.

Por tanto son tres proyectos diferentas que auguran la muerte del río. Pero han pasado los años y no llega la concesión de nuevos regadíos para Castril. Por contra, el pasado 1 de Abril se publica la resolución por la que se aprueban los regadíos para Baza y, sorpresa, se prevé la impulsión de 30 hm3 desde el canal del río Castril. ¿Alguien pensaba que el río tenía algún interés en los planificadores de la CHG y los responsables de las administraciones del Estado?

El río puede aportar caudales oscilatorios, pero la tendencia, fruto del cambio climático es a la baja. Podemos estar hablando de escenarios en los que no se superen los 40 hm3. Con caudales alterados por la central hidroeléctrica, el trasvase de 7 hm3 para abastecimiento, 3 hm3 para nuevos regadíos y, ahora, los regadíos de Baza (30 hm3), ¿habrá agua para los riegos tradicionales de Castril y Cortes de Baza, para la dehesa, la vega que con el río componen un ecosistema singular de rica y variada diversidad de especies, entre ellas la trucha común? Obviamente, no. Es la aniquilación del río. Búsquese el nombre que se quiera, pero esto es un ecocidio.

¿Pero cómo puede proponerse este increíble y perversa barbarie ecológica con la connivencia de un sector de la población castrileña? Pues con la engañifa del posible incremento económico que algunas familias disfrutarían de los nuevos regadíos. Esa fue la arma electoral del alcalde para evitar la oposición al trasvase a Baza e intentar mantenerse en la alcaldía tras las elecciones. El anzuelo fue cazado. No engañó a todos, pero sí los suficientes como para, añadiendo la compra de la voluntad del edil del PP, conseguir la alcaldía. Y a fecha de hoy, contra lo dicho en las elecciones, aún no hay concesión para los nuevos regadíos. Ahora intenta culpar a los ecologistas (véase Ideal 4-6-09) y a todo opositor de que ello no sea así. Acusa falazmente contra las personas y distorsiona los hechos. Nunca ha habido concesión. Si la hay en un futuro, estará supeditada a los otros proyectos, prioritarios porque contemplan abastecimiento humano, por lo que podemos afirmar que esos nuevos regadíos no podrán llevarse a la práctica, al menos tal y como pretenden sus promotores.

Si alguna vez pueden ponerse en marcha algún tipo de mejora de los regadíos en Castril, ello pasa ineludiblemente porque no se realice el trasvase a Baza. Después habrá que analizar en qué situación se encuentra el río, estudiar las alternativas y los impactos medioambientales para ver qué tipo de regadíos pueden ponerse en marcha. Lo demás es pura demagogia de quien sólo pretende salvar su posición. Pero el tiempo se vuelve en su contra. Entre los beneficiarios de los nuevos regadíos surgen las dudas y empiezan a sospechar. El alcalde responde nervioso acusando a unos y a otros; pero ¿cuánto tiempo podrá seguir así?

La respuesta popular empieza con la concentración y acampada en la cerrada, justo donde pretenden el inicio de las obras para el trasvase. La protesta se irá extendiendo. Seguiremos informando.