El estado calamitoso de la carretera de Castril a Pozo Alcón provoca la indignación también en la vecina localidad jienense.

En el vecino pueblo de Pozo Alcón son conscientes de lo importante que sería contar con una buena comunicación con el levante a través de la carretera hacia Castril y Huéscar. En algunas ocasiones se han lamentado que desde la pedanía castrileña de Campo Cebas hasta Castril sean unos insufribles kilómetros de carretera que disuaden cualquier iniciativa para impulsar las comunicaciones desde la provincia de Jaén hacia el levante. Además, se encuentran afectados la comunicación y transporte de comarcas colindantes y núcleos de población del propio municipio de Castril.  

Hace unos días, desde un blog vecino (Lo que pasa en Pozo Alcón), se comentaba la noticia sobre la denuncia del estado de la carretera y el cierre al tráfico de parte de ella que realizaba un partido político (el PA). También se hacía eco este blog de unas declaraciones del alcalde de Castril, Javier Dengra, desmintiendo que la carretera se encontrara cerrada. Acto seguido han surgido comentarios, tanto de viva voz como por escrito en el blog, críticos con las declaraciones del alcalde de Castril.

Tendríamos que señalar que si las supuestas declaraciones del alcalde de Castril se refieren exclusivamente a que la A-326 no estaba cerrada, el alcalde de Castril dijo algo que es verdad. Pero siendo verdad, con esas declaraciones no se está abordando en profundidad el tema que indigna tanto en Pozo Alcón como en Castril. Hay carretera por donde transitar, cierto: la A-326 que gestiona la Junta de Andalucía. Pero esa carretera es infernal. Desde Castril a Campo Cebas es un auténtico peligro. Cualquiera que la transite sabe lo que es cruzarse con un camión de los que proceden de las canteras, con un autobús e incluso con cualquier furgoneta o automóvil. La carretera es estrechísima, escarpada y las curvas son muy cerradas, apenas hay visibilidad y la calzada no está señalizada. Su peligrosidad aumenta con agua o nieve, por lo que los accidentes son continuos (por suerte, hasta ahora, sin gravedad).

La carretera que se encuentra cerrada, la de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, cuando estuvo operativa no solo ahorraba unos kilómetros: es que era más ancha y recta. Las condiciones de seguridad eran muy superiores. Esa carretera, bien arreglada solucionaría una parte del atraso en las comunicaciones entre el municipio y con la provincia de Jaén. Agricultores y familias de los núcleos de Castril, turismo y transporte hacia el levante no se encontraría con las dificultades que ahora supone pasar por la A.326. Por eso, el anunciado proyecto de arreglo, no puede demorarse. La CHG y otras administraciones (Junta y Diputación) tienen que ponerse de acuerdo para aprobar el proyecto e iniciar el arreglo que permita que la carretera esté operativa este mismo año. Y es hacia esas administraciones donde el alcalde de Castril y las fuerzas políticas tiene que ejercer la presión. Las comarcas vecinas de Jaén (el Adelantado de Cazorla) y la granadina de Huéscar, lo demandan.