No es el primer
río que ha sido repoblado con trucha del río Castril. Otros ríos, andaluces o del
norte, recibieron en su día trucha procedente del río Castril. Es positivo que
la trucha común del río Castril (variedad genéticamente única y que está considerada en peligro de extinción) se reintroduzca en ríos que también albergaron la trucha común hasta hace poco. En algunos despareció por la competencia causada
por la invasión de trucha arcoíris, procedente de picisfactorías, y por
contaminación y pérdida de calidad de las aguas. También la sobrepesca
contribuyó a ello. Por tanto, es una buena noticia que se adopten programas
para su recuperación en esos ríos.
En el
municipio de Benamahoa (Cádiz) han recibido con satisfacción esta suelta de
unos mil ejemplares de unos 10 centímetro en el río Majaceite, pues ven una oportunidad para
fomentar la pesca sin muerte y que esta actividad se convierta en motor de desarrollo
turístico del pueblo.
En este caso,
los mil ejemplares proceden de un programa de reproducción en cautividad, con
lo cual su captura no ha supuesto ninguna merma a la población del río Castril.
Pero no siempre ha sido así. En otras ocasiones, los alevines han sido
capturados del propio río. Y eso nos inquieta más, por cuanto en los últimos años
se ha constatado un descenso de su población en algunas partes del río.
Si bien es
cierto que el pantano del Portillo ha perjudicado la reproducción de la trucha
en sus aguas, también ha contribuido a su mantenimiento aguas abajo, tanto por
permitir unos caudales sin grandes oscilaciones y adecuados al caudal natural (según las épocas del año), como mantener frías sus aguas hasta casi llegar
al Negratín; pero sobre todo, por impedir las riadas que se producían con las tormentas y la enorme mortandad de truchas que ocasionaban. Pero
lo que sí se ha podido constatar es que coincide la zona de capturas para repoblaciones con la parte del
río donde se observa una mayor disminución de la trucha: aguas arriba del
pantano. En cuanto a la parte de abajo, el nivel ha sido aceptable por las
motivos antes indicados, aunque, como sucede con todas las especies protegidas, un
exceso de furtivismo (legalmente la pesca tiene que ser sin muerte) podría
afectar también a su disminución. Pero también es cierto que en el río Castril
tradicionalmente se pescaba con muerte y no por eso peligraba la población de
truchas, teniendo menor población de ellas sólo los años de fuertes riadas. Por tanto, si se observase en los próximos años una tendencia a la disminución, tendrían que estudiarse qué otras causas añadidas podría estar provocándola.