Colaboración con la Plataforma por la Defensa del Río Castril

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15.4.13

Juicio contra el ex alcalde de Castril por los carteles en los que acusaba a una vecina de ser el motivo de la supresión de la fiesta de las migas.



Hace ya algún tiempo, a propósito de las primeras declaraciones tras la apertura del proceso judicial, comentábamos el hecho por el que hoy tendrá que declarar en el juzgado de Huéscar como imputado el ex alcalde José Juan López. Entonces decíamos lo siguiente:

“Uno de los muchos acontecimientos que mostraban esa forma tiránica de ejercer la alcaldía sucedió a finales de agosto del 2010, cuando sorpresivamente aparecieron unos carteles en los que se denunciaba la suspensión de la tradicional fiesta de las migas y se culpabilizaba de ello a una persona determinada. No era la primera vez que el entonces alcalde acusaba por escrito, con nombres y apellidos, a vecinos y vecinas de Castril de conspiraciones, intereses ocultos y animadversiones diversas que tenían por objeto el entorpecimiento de sus planes. Desde luego, no existen precedentes de actuaciones similares por parte de ningún alcalde en Castril, ni en ningún otro lugar que conozcamos.
 ¿Qué pretendía el alcalde con ese inaudito cartel? Está claro que desprestigiar a esa persona ante el pueblo. Y todo ello porque mantenía con ella, con su empresa familiar, un litigio respecto a la responsabilidad acerca del ruido en negocios hosteleros próximos, lo que había dado lugar a las correspondientes quejas ante el ayuntamiento e, incluso, una denuncia ante la Guardia Civil. La sorpresa para las personas que conocían la existencia de ese litigio fue mayúscula. ¿Qué tienen que ver un tema con otro? ¿Qué tiene que ver los ruidos denunciados con las migas previstas? Nada. Pero para quienes desconocían los hechos, al indicar en el susodicho cartel que la causa de la suspensión era la denuncia interpuesta contra “la celebración de actividades lúdicas en el área recreativa municipal”, el motivo estaba claramente inducido: se pretendía que esa persona quedara señalada como responsable ante el pueblo. La excusa, una denuncia por ruidos de unas actividades concretas, servía de chivo expiatorio para tratar de “crucificar” a la persona y la empresa familiar. El cartel, colocado por cualquier vecino o vecina, por calumnioso e injurioso, sería objeto de denuncia judicial. Pero colocado por el que era entonces alcalde, adquiere una gravedad mayor. Por eso, fue interpuesta la correspondiente denuncia judicial. Y el día 21 se abrirá el proceso con la toma de declaración de José Juan López como inculpado en el presunto delito. Veremos qué se decide y sentencia finalmente. Pero lo que esta denuncia pone de manifiesto es una muestra más de lo que fue el ejercicio de la alcaldía por José Juan López”.

Otras situaciones parecidas, en las que el ejercicio tiránico de la alcaldía le llevaron a despreciar los más elementales principios éticos, derechos fundamentales y libertades públicas, el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, vulnerando en la práctica aspectos recogidos en la ley de protección de datos de carácter personal, se produjeron esos años en los que José Juan López era el alcalde del consistorio. Por poner algunos ejemplos, recordemos cómo un escrito dirigido al alcalde por un vecino (en el que se formulaban diversas preguntas al alcalde), que posteriormente sería presidente de la Plataforma por la Defensa del Río, apareció en un medio de comunicación para, apoyándose en el contenido de dicho escrito (y falsamente interpretado), desprestigiar desde ese medio, con acusaciones sobre intereses ocultos, las movilizaciones que se emprendían contra el trasvase. También podemos recordar otra ocasión en la que un numeroso grupo de padres y madres se dirigió al alcalde expresando su malestar por el deficiente estado higiénico que presentaba el patio del colegio de arriba. Copia de este escrito, con los datos de los firmantes, sería entregado a un negocio particular (que nada tenía que ver con la queja), pretendiendo con ello desviar la responsabilidad que el ayuntamiento tiene sobre la limpieza del colegio y tratando de generar un conflicto entre padres y madres del alumnado y dicho negocio. Ambas situaciones, y otras muchas podrían, haber sido objeto de denuncia contra el alcalde por ser constitutivas de un presunto delito tipificado en la ley antes mencionada. Algún vecino/a se decidió, como es el caso comentado de los carteles sobre las migas, y ahora es la justicia quien dictará sentencia.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya exalcalde mas odioso que tenia castril

Anónimo dijo...

este mediodia me ha dado un yuyu,pongo la radio y escucho al tontopoyas en ondacero,me a venido a la memoria,sus dias de gloria(de penuria para los demas) en la alcaldia,cuando con dinero publico pagaba a los medios de comunicacion para que lo sacaran,un dia si y otro tambien..estaba pidiendo consenso de todos los partidos para mejorar el turismo....consenso,pero acoso sabes lo que es....si te autodefines representante del grupo socialista de castril,a los que ni pones fotos ni consultas para nada...al unico que representas es a ti mismo porque el paro se te acaba y quieres seguir viviendo sin trabajar

Anónimo dijo...

Este ex-alcalde se cree con derecho a desprestigiar a las familias que no le caen bien de Castril o que no se mueven al ritmo que el quiere.
Espero que la Justicia sepa parar esta mala actitud del que por haber sido Alcalde debería mostrar un respeto a todos, tanto si le gustan como si no.

Anónimo dijo...

Qué malo era josé juan......mira que tener un juicio por faltas contra un vecino.......cómo va ser como nuestro actual Alcalde.......Uy!.....perdón..que el actual Alcalde ha sido condenado en el juzgado de Huéscar por insultar gravemente a un vecino hace un mes.

Anónimo dijo...

¿Qe estaba pidiendo consenso político?, Todavia no se ha enterao el tonto el haba, que su impresentable presencia impide cualquier consenso, que el día que desaparezca políticamente En Castril volverá a reinar la armonía y las relaciónes de buena vecindad, que el con su repugnante proceder impide.
Esoy convencido que no lo castigarán como merece, en este país, faltar, ofender, calumniar o difundir falsedades, sale barato judicialmente.
Si algun día cambia de aires y nos deja tranquilos, lo celebraremos con una festón que los contrarios de la Tacher tendrán envidia.

Anónimo dijo...

No creo que ningún castrileño le desee verlo en la carcel, porque no tenemos tanta maldad como él, pero si deseamos ya, de todo corazón, que nos deje tranquilos y nos olvide. Que se vaya al Caribe y si es preciso le preparamos los bocadillos para el viaje.