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2.6.12

La aprobación de los presupuestos no puede demorarse más. Pero antes que nada, los trabajadores municipales tienen que cobrar sus nóminas.



La situación económica del ayuntamiento no es buena. Llevamos tiempo advirtiendo que la ingente deuda contraída por el anterior alcalde impide que ahora se pueda realizar la gestión adecuada y que podría esperarse de un ayuntamiento de presupuestos como el ayuntamiento de Castril. En esas circunstancias, la racionalización del gasto se impone como un deber. Es un deber, porque antes que nada hay que tener la preocupación porque en tesorería haya siempre la liquidez necesaria para que en todo  momento esté garantizado el pago de las nóminas. Cualquier otro gasto, de la índole que sea, tiene que supeditarse a la disponibilidad del gasto prioritario; esto es, el que todas y todos los trabajadores que reciben su salario del ayuntamiento, puedan cobrarlo a final de mes.

Hemos podido saber que se está pendiente de algunos ingresos que podrían permitir el pago de las nóminas. Pues eso es lo que se tendría que haber gestionado con carácter de emergencia. Aunque sea un poco tarde, hay que tratar de hacerlo ya.

Algunas voces de la oposición parecen culpar de la situación económica a la gestión actual, al gasto desmesurado -según ellos- en obras y al pago de sueldos a los concejales del equipo de gobierno. Eso, no decimos que no, puede haber repercutido coyunturalmente en la escasez de liquidez en tesorería, pero no tiene nada que ver con la deuda acumulada de casi un millón  y medio de euros (reconocida algo más de un millón de euros). Tampoco debemos olvidar que de los cuatro concejales que cobran del ayuntamiento, que sepamos, la mayoría no ha cobrado nada desde hace algún tiempo. Y, repetimos, el ayuntamiento no ha visto mermados ostensiblemente sus ingresos como consecuencia de la crisis. Aquí no hubo boom inmobiliario que ahora se haya desinflado. Si el ayuntamiento está ahora en crisis es sólo debido al derroche de gastos, descontrolados, e innecesarios por superfluos bastantes de ellos, de la etapa anterior.

Por otra parte, los presupuestos deben aprobarse sin más demora. Se aprobó el plan de ajuste, donde se contemplan todas las partidas de ingresos y gastos; por lo que lo único que queda pendiente es detallar cómo se van a aplicar dichas partidas. Eso no es tarea difícil, aunque tendrán que ponerse de acuerdo en las reducciones de sueldo a concejales y en las tasas del agua que permitan equilibrar con los gastos de gestión y mantenimiento. Y una vez aprobados, escrupulosa fidelidad a ellos. 

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