Colaboración con la Plataforma por la Defensa del Río Castril

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7.6.11

Un pacto por la democracia, la regeneración política, la moralidad pública y por la defensa del patrimonio natural y cultural de Castril.




Se aproxima la fecha de constitución de los nuevos consistorios municipales. A Castril se le presenta una inmejorable oportunidad para recuperar la democracia y defender su patrimonio natural y cultural, tras los nueve años de nepotismo y arbitrismo, de autoritarismo y desprecio a las libertades y la participación ciudadana ejercidos desde la alcaldía y el gobierno municipal del PSOE.

En una situación como esta, las fuerzas políticas que se presentaron con un nítido mensaje de cambio sobre el actual modelo de gestión, tienen que hacer el esfuerzo por alcanzar un acuerdo. Elegir al nuevo alcalde por mayoría no es suficiente. Hay que conformar un equipo de gobierno que dé estabilidad a la gestión durante los próximos cuatro años. La defensa del río Castril, del rico y diverso patrimonio natural y cultural del pueblo y la regeneración de la vida pública tienen que ser los ejes de actuación. Para estos próximos años se deben recuperar la moralidad pública, el ejercicio de las libertades y de la crítica sin temor a represalias. Nadie tiene que temer la posibilidad de ser excluido o discriminado del empleo público, de la información municipal, de las contrataciones, etc. por el hecho de ejercer la libertad de expresión, por mostrar sus preferencias políticas o sus afectos personales. La imparcialidad en la gestión municipal tiene que ser una constante que permita superar la incertidumbre y arbitrariedad con que se han vivido estos años de dominio político del PSOE castrileño.

No podemos permitir más años de farándula, de política de imagen. Más allá de las pompas y de las vanidades, de los anuncios de proyectos que no llegan (por más delegados de la Junta que vengan con promesas y mentiras), de medias verdades y mentiras clamorosas (nuevos regadíos, colegio, fundación…), la veracidad y la comunicación con el pueblo tiene que ser lo que presida la acción del equipo de gobierno. La política municipal tiene que gestionarse desde la proximidad, escuchando la voz del vecindario, estimulando y permitiendo la participación ciudadana en todos los asuntos que afectan a las relaciones públicas, así como que el derecho a la información deje de ser exclusivo de sectores privilegiados para que pueda ser ejercitado por el conjunto de la población.

En todos los núcleos del municipio de Castril el clamor de cambio es mayoritario. Las cuatro fuerzas políticas tiene que hacer el esfuerzo, más allá de las ambiciones personales, por que ello sea posible. Lo que se pide surge de un sentimiento de indignación que, curiosamente, corre paralelo al que se muestra hoy en tantas plazas de grandes ciudades; es decir, se pide “democracia real, ya”. Que haya alternancia en la alcaldía de dos años (NC, PP), y también de primer teniente de alcalde (IU, GIC). O cualquier otra fórmula. Pero las cuatro candidaturas (NC, PP, GIC, IU) tienen que formar el equipo de gobierno que dirija la política municipal durante los próximos cuatro años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE RAZON TIENES, LA JUSTICIA ES LENTA PERO CUANDO LLEGA LLEGA, Y ALGUNOS LE ESTA LLEGANDO.UN SALUDO Y ADELANTE.

Anónimo dijo...

Pediría que por favor, desde IU como desde cualquier otro partido político, no se apropien del movimiento de rebeldía ciudadana que se ha originado recientemente.
Puedo entender su postura reivindicativa, y su llamada al cambio, pero ya basta de utilizar a la ciudadanía en beneficio propio. La indignación con que se expresa estos días la gente acampada, la gente que se manifiesta, es más válida que nunca porque no se vincula a ningún partido político, pues a la postre, todos participan de este teórico "sistema democrático" que al final siempre acaba por beneficiar a los mismos.
No nos vendan la moto de que su partido es diferente, porque al final, muchas de las decisiones que se toman con sus votos (por ejemplo en el parlamento) siguen la línea marcada por el propio sistema.