Una vez que se han operado los cambios normativos pertinentes, ya no parece que haya impedimentos legales para la puesta en marcha del proyecto de nuevos regadíos para Castril. Si unimos a ello que la proyectada central eléctrica en la presa del pantano se encuentra en “punto muerto”, el trasvase del río momentáneamente paralizado y con numerosas actuaciones judiciales abiertas, además de estar pendiente de la resolución definitiva del parlamento europeo, y que la sequía ha desaparecido, es el momento de reivindicar que las aguas del río Castril se queden en su cuenca, para los regadíos tradicionales y para los nuevos regadíos, de Castril y de Cortes, que sus aguas puedan seguir contribuyendo al mantenimiento del ecosistema de la cuenca y del ecosistema fluvial.
Desde la Junta de Andalucía querrán rentabilizar políticamente la puesta en marcha de estos regadíos, pero lo cierto es que los representantes de las diferentes administraciones y el alcalde de Castril, hasta ahora, no habían dicho nada más que mentiras y falsas promesas. Sólo la tenacidad de algunos promotores de la comunidad ha mantenido vivo el proyecto; y también -hay que decirlo- la presión ejercida por quienes cuestionaban las falsedades y mentiras que incansablemente repetían los dirigentes políticos. Todo ello ha obligado a que se den los pasos decisivos para que pueda llevarse a cabo esta vieja aspiración de numerosos agricultores de Castril. La rentabilidad económica para cada agricultor podrá ser diferente, pero lo cierto es que un aumento general de esta repercutirá positivamente en todo el pueblo.
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