Un clamor de indignación y rabia surgió entre las personas afectadas por las expropiaciones cuando, tanto en Las Almontaras como en Castril, encontraron las puertas de los locales municipales cerradas a pesar de que la concejal independiente, Alicia López, los había solicitado. Con acusaciones por la forma arbitraria y dictatorial con la que el alcalde cede el uso de los locales, las personas convocadas firmaron un escrito de protesta en lo que consideraban un abuso de poder y una limitación en la práctica de sus libertades, de expresión y de reunión.
Después, en la calle, llevaron a cabo las reunionnes convocadas por la Plataforma por la Defensa del Río Castril en la que, entre otras cosas, decidieron que no aceptarían la propuesta de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y que continuarían con las denuncias judiciales y las movilizaciones hasta conseguir la paralización definitiva del trasvase.
Aquí y ahora… El fuego que soy
Hace 2 años
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