Hace un año
que el grupo Nuevo Castril traspasó la alcaldía al PP en cumplimiento del pacto
cuatripartito: Miguel Pérez cedió el bastón de mando a Francisco Javier
Dengra. También cambiaron las primeras tenencias de alcaldía: Alicia López, de
IU, que ostentaba las competencias de Servicios Sociales, dimitió del equipo de
gobierno. Su lugar fue ocupado por Isabel Iruela, del GIC.
Aunque el equipo
de gobierno parecía que se iba a encontrar en una situación precaria, pues el
apoyo de Nuevo Castril e IU a las decisiones que se iban a tomar no estaba
garantizado, un pacto tácito con el PSOE configuró una nueva mayoría gobernante
desde el principio de esta segunda parte de la legislatura.
Entrado ya en
el ecuador de este segundo mandato, solo queda un año por delante para que en
el balance final puedan presentar una gestión aceptable. Mucho será el trabajo
a realizar para que pueda resultar así tras un primer año decepcionante.
Ha sido
decepcionante porque ninguno de los proyectos iniciados y/o terminados acaba de
ponerse en funcionamiento (castillo, colegio). Tampoco se tienen noticias de
las urgentes necesidades del pueblo, como la tubería de agua potable o la
carretera a Cebas. Respecto al pretendido trasvase del río, si bien es poco lo
que se pueda hacer hasta que los tribunales resuelvan, la CHG y alcaldes de
pueblos teóricamente beneficiarios siguen presionando, con medidas diferentes, para que pueda llevarse a cabo en algún momento. Frente a ello, no conocemos
ninguna iniciativa municipal tendente a garantizar la supervivencia del río. Ha
habido, eso sí, un puntual apoyo a los gastos jurídicos ocasionados por la
defensa del río, pero insuficientes para el total de la cuantía adeudada.
Respecto al
esclarecimiento de las irregularidades en la gestión de la alcaldía durante la
anterior legislatura del PSOE, tampoco se han tomado las medidas necesarias. Sí se ha realizado una buena gestión en algunas cuestiones cotidianas y, especialmente, de
las fiestas. Pero en lo que respecta al apoyo de la Mancomunidad, GDR,
Diputación y demás instituciones para atender necesidades de Castril (vitales algunas de ellas), se
podrían haber hecho muchas gestiones. Y no puede servir de excusa el exceso de
trabajo, teniendo en cuenta las tres liberaciones que ostenta el equipo de
gobierno.
Con todo, aún
falta un año para las próximas elecciones. En ese tiempo se pueden terminar
proyectos, inaugurar otros... y emprender bastantes más. Después haremos el
balance global. Y, finalmente, el pueblo decidirá en las urnas quiénes deben
ser los gobernantes para la siguiente legislatura.