No es ningún secreto la delicada
situación del ayuntamiento de Castril. El enorme gasto ocasionado por la
anterior corporación, que dejó además de deuda un millón largo de euros con los
proveedores, obligó a suscribir una plan de ajuste que impide que el
ayuntamiento pueda incrementar la deuda anterior. El problema podría
sobrellevarse, no sin dificultades, si las administraciones cumplieran
aportando los ingresos que a Castril corresponden por diversos conceptos. Pero
no es así. La Junta de Andalucía, entre otras administraciones, se quedó
también sin liquidez y esos ingresos se retrasan.
En cualquier caso, lo que sí
empieza a tener tintes dramáticos, es la demora en el pago de las nóminas a los
empleados/as municipales. Es verdad que el equipo de gobierno tenía que haber
previsto los fondos necesarios para garantizar este gasto (y los que se
consideran básicos) hasta final de año. Y para ello, algunos gastos tendrían
que haberse reducido o suprimido antes, como llevamos tiempo diciendo. No
obstante, es ahora cuando hay que buscar soluciones. Pedir un préstamo como
adelanto a una institución bancaria, puede ser una solución pasajera, pero
resulta onerosa al ayuntamiento pues habría que devolver ese dinero más los
intereses. Además, ya existen otros préstamos anteriores.
Pero sin dejar de ser eso una
salida de emergencia a la que se podría recurrir, habría que exprimir hasta el
final otras posibilidades. Sabemos que Andalucía se va acoger al fondo de
liquidez de las comunidades autónomas por un valor cercano a 5000 mil millones
de euros. Ese dinero no puede demorarse mucho en llegar; pero aún así, la Junta
ha solicitado una adelanto de 1000 millones para pagos urgentes. Por tanto, es
ahora cuando desde Castril se tienen que acelerar las gestiones, que sabemos se
están realizando, para que se ingrese
al ayuntamiento la cantidad necesaria para el pago de las nóminas.
El que Andalucía se acoja a este
fondo de liquidez puede interpretarse una buena noticia, pero no deja de tener
otros efectos perversos para lo que es la soberanía andaluza, para su capacidad
de decisión: son las condiciones que el Gobierno central impondrá a las comunidades
que soliciten ese dinero. Pero de eso hablaremos otro día. Hoy nos vamos a
referir exclusivamente al problema de lo que son competencias municipales. Y lo
que ahora nos preocupa es el gasto que pueden generar las fiestas de Castril.
Aquí el ayuntamiento tendría que ser sumamente austero y buscar en la medida de
lo posible la autofinanciación o el menor coste posible de las actividades que
se organicen. Por una razón muy sencilla: porque no puede haber gastos si los
empleados/as municipales no han cobrado previamente; y además, tiene que estar
prevista la liquidez en caja para que puedan hacerlo en los próximos meses.
Suponemos que de estos temas se hablará en la próxima Junta de Gobierno que hay
convocada para dentro de unos días. Esperamos que así sea y podamos informar de
los acuerdos que se tomen.