Si los planes de la Agencia Andaluza del Agua pasan por dejar la explotación de la central hidroeléctrica en manos de cualquier compañía eléctrica sólo con los condicionados ambientales de la resolución de 17 de septiembre de 2007, de la secretaría de Cambio Climático, que decidía no proceder al estudio de impacto ambiental, lo previsible es que la vida del río tenga los días contados. Veamos:
En dicha orden, además de alguna medida para disminuir el impacto de las obras, se plantea como exigencia en lo que pudiera afectar a los caudales del río que se garantizara un caudal de 500 litros/segundo. Ese sería, según entiende la CHG, el caudal ecológico. ¿De dónde sacan esa cifra, qué estudio han realizado? Ninguno. No hace mucho, en otras obras, como fueron las del túnel situado en la explanada por debajo del pueblo, dejaron un caudal de 560 l/sg. A los pocos días aparecieron truchas muertas río abajo. En efecto, con ese caudal no se puede mantener la flora y fauna que en el río vive y que del río depende. ¿Por qué? Porque ese caudal está por debajo del caudal ecológico, del caudal que garantiza en calidad y en cantidad el mantenimiento de todas las formas de vida.
El único estudio, que sepamos, sobre caudales ecológicos, fue el estudio realizado por las universidades de Granada y Politécnica de Madrid y dirigido por el profesor Alba Tercedor, a instancias de la Junta de Andalucía. En él se plantean caudales de 1000 y 1500 l/sg. aguas abajo de la presa del Portillo. Como vemos, muy lejos de los 500 l/sg. propuestos por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Pero además, hay que con contar con los caudales adicionales necesarios para los regadíos tradicionales de Castril y Cortes. Dejar la gestión de los caudales y explotación de la central hidroeléctrica en manos de una empresa eléctrica, con la única exigencia de mantener 500 l/sg. supondrá la degradación ecológica del río y la supeditación de las necesidades de los regantes a los intereses de la eléctrica.
Por todo ello, la propuesta de IU de Castril de que una comisión entre ayuntamiento y Agencia Andaluza del Agua gestione la central hidroeléctrica es una buena noticia para el pueblo, para el río y los regantes (tradicionales y nuevos). Si a ello añadimos el hecho de que las eléctricas que explotan las centrales son reticentes incluso a pagar el IBI y cuya única preocupación es la obtención de sustanciosos beneficios, ¿qué consigue Castril a cambio? ¿Mermar los regadíos y perder el río?
Izquierda Unida debe llevar la necesidad de crear dicha comisión al resto de las fuerzas políticas e, incluso, plantearlo en un Pleno del ayuntamiento. Además, estas obras no pueden estar ejecutándose fuera de la legalidad. Como cualquier otra obra que se realice en el conjunto Histórica de Castril, necesita los permisos correspondientes. Nadie puede quedar excluido de ello. En tanto dicha situación no se resuelva, las obras deben permanecer paradas. Y es el momento en que las fuerzas políticas de Castril y la Plataforma por la Defensa del Río negocien con la Agencia Andaluza del Agua una salida beneficiosa para el río y para el pueblo.
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