El grupo parlamentario de Unidos
Podemos ha presentado en el Congreso de los diputados una proposición no de ley
en la que se insta al Gobierno la sustitución de las tuberías de fibrocemento
(contienen amianto, material cancerígeno)en las conducciones de agua potable.
En dicha proposición se advierte de los peligros para la salud pública, tanto
por inhalación de partículas como por ingestión, por tragarlo. Esta es la
situación que tenemos aun en Castril, habida cuenta de que solo se ha
sustituido un tramo de la tubería. La proposición fue finalmente aprobada,
aunque votó en contra el grupo del PP y otros grupos se abstuvieron.
La PNL presentada por Unidos
Podemos dice así:
“Las tuberías de fibrocemento,
hechas a base de amianto y de cemento, se generalizaron en España y en Europa
desde los años cuarenta. Esto es algo bastante conocido; era un material
célebre por ser resistente, ligero y sobre todo porque era muy económico y se
convirtió en el paradigma del boom de la construcción en aquellos años y
durante bastantes décadas. Sin embargo, lo que es menos conocido por la
mayoría, aunque afortunadamente esto se va corrigiendo, es que se trata de un
material altamente cancerígeno que puede provocar dolencias muy graves. En el
caso de España estamos hablando de que se calcula, según las estadísticas, que
235.000 trabajadores y trabajadoras están afectados por distintas dolencias
relacionadas con la exposición al amianto y hasta 80.000 personas podrían morir
de aquí a 2030 por enfermedades relacionadas con la exposición a las distintas
formas de amianto. Esto no lo decimos nosotros, no lo dice el Grupo
Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, lo reconocen
estudios que arrancan desde 1935, aunque no tuvieron mucho éxito y no se les
hizo mucho caso. Pero lo que ya sí parece que nos pone las orejas en punta es
que últimamente Europa, en 2013, aprueba una completísima resolución en la que
plantea que hay que abordar el problema del amianto en su integridad, no solo
en la parte de sustitución de todas las infraestructuras, sino que además
aborda de manera bastante profunda el problema de salud pública que representa.
España hizo los deberes muy
pronto, es cierto, en cuanto a la aprobación de la prohibición del uso,
comercialización y distribución del amianto y derivados, en 2001, cuatro años
antes de la fecha tope que marcaba Europa, pero vamos bastante tarde en cuanto
a abordar los resultados de años de uso masivo. Estamos hablando de que en
España sigue habiendo millones de toneladas de amianto y derivados en distintas
infraestructuras a lo largo y ancho de todo el país. Como decía, se trata de un
material altamente cancerígeno y, repito, no lo decimos nosotros, la Agencia
Internacional de Investigación contra el Cáncer nos pone en alerta y nos dice
que no hay nivel de exposición seguro. No podemos exponernos un poquito al
amianto y un poquito menos nos salvará; no, no hay nivel de exposición seguro.
Dicen las últimas investigaciones —estas están firmadas por la Unión Europea en
la resolución de 2013— que la exposición al amianto y derivados se relaciona
con el mesotelioma y el cáncer de pulmón —esto era algo que se conocía—, pero
también con el cáncer colorrectal, gastrointestinal, de garganta, riñón,
esófago, vesícula biliar, etcétera. Queda muy claro que el riesgo —esto es
lo interesante— es tanto por inhalación de las fibras de amianto como por la
ingestión, por tragarlo, y entramos en el corazón de nuestra proposición no de
ley.
En España, según la encuesta
nacional sobre suministro de agua potable y saneamiento, realizada por las
asociaciones gestores de servicios de agua, se estima que aún quedan,
aproximadamente, unos 40.000 kilómetros de redes de abastecimiento realizadas
en su momento con fibrocemento, y estas especialmente se encuentran en los
núcleos urbanos más pequeños. Se impone, por tanto, establecer un plan a corto
y medio plazo para erradicar este producto y sustituirlo por otros elementos
más seguros en general de todos los equipamientos, pero tratándose de las redes
de abastecimiento entendemos que la urgencia pasa a ser todavía mayor si cabe.
¿Por qué? Porque hablamos de conducciones de agua que afectan a toda la
población y de manera doble a los trabajadores y trabajadoras que han de
manipular y reparar este tipo de instalaciones, que de cuando en cuando parece
que no pero se hace. Por todo ello entendemos, desde el Grupo Parlamentario
Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, que es de recibo presentar
esta proposición no de ley para instar al Gobierno a que, en coordinación y
colaboración con las administraciones territoriales competentes, lleve a cabo
una auditoría sobre la cantidad y situación de las tuberías de fibrocemento
existentes en las conducciones y redes de agua potable de nuestro país y a
elaborar y aprobar un plan de eliminación de las conducciones de agua potable
realizadas con fibrocemento, así como establecer un horizonte temporal a partir
del cual quede prohibida la existencia de este tipo de redes —ya está prohibido
el uso y la fabricación— y quede absolutamente sustituido por elementos seguros
y no perjudiciales para la salud.”