Hace poco más de una semana se produjo el intento de robo de almendras en un almacén próximo a la pedanía de las Almontaras. El agricultor, que se encontraba en una habitación contigua al almacén, sufrió dos disparos cuando salió a cerciorarse de lo que pasaba. La herida en el brazo, por suerte, no revistió gravedad. Tampoco, finalmente, pudieron llevarse la mercancía, que abandonaron poco después.
Pero ese incidente no ha sido el
único en la comarca. También se han visto afectados agricultores de Huéscar y la Puebla. Por tal motivo, los
ayuntamientos de ambos municipios han tomado diferentes medidas para paliar
este tipo de situaciones. Además de pedir a la Subdelegación de
Gobierno un aumento de la vigilancia de las zonas de cultivo de almendras y un
mayor control del comercio de las almendras, han emitido una serie de bandos
para ordenar la rebusca, de manera que se ciña a un período determinado y que la
personas que se dediquen a ella cuenten con autorización escrita de los
propietarios de las fincas. El ayuntamiento de la
Puebla ha ido más lejos, decretando multas de hasta 500 euros
a quien sea sorprendido sustrayendo o comercializando almendras robadas y que se le retire cualquier subvención de índole municipal que perciba.
Medidas estas últimas que nos parecen de dudosa legalidad.
¿Por qué sucede esto ahora? No es
nuevo. En otras épocas ocurría lo mismo. Cuando hay familias que tienen
dificultades para alimentarse, para obtener los recursos básicos que la familia
necesita, la desesperación puede llevarle a obrar imprudentemente.
Posiblemente, el caso de las Almontaras sea diferente al concurrir hechos de
gravedad superior y que no se corresponden con otros robos. Pero no es lo
habitual. Por ello, las medidas que están proponiendo pueden prevenir estos robos
en parte. Pero lo que realmente permitiría una sustancial disminución de
cualquier tipo de robo sobre las explotaciones agrícolas, es que las
administraciones promovieran el empleo y garantizaran unos ingresos mínimos a
las familias necesitadas. En épocas en las que se repiten los casos de hambre y
miseria (como las sufridas en las décadas de los 40, 50 y 60), como es la
actual, con un 25 % de la población en situación de pobreza, lo que tendría que
exigirse a todas las autoridades, a los gobernantes, es ir a la raíz del
problema y tomar las medidas económicas y políticas que permitan que todas las
familias puedan salir de ella.
3 comentarios:
Triste y lamentable lo que está sucediendo y lo que sucederá.
Estos hechos son muy lamentables pero son las consecuencias de unas políticas que nos conducen a la miseria ,nadie roba almendras por el vicio de robar,los que roban por vicio atracan bancos o bien acuden con corbata y cartera a la politica y roban cientos de millones y aun ninguno de ellos ha sido juzgado sabiento todos quienes son JUSTICIA IMPLCABLE PARA TODOS PERO AUN MAS PARA QUIENES TIENEN QUEDAR EJEMPLO
Cuando los que nos protegen están más preocupados de su seguridad personal y de la de sus dueños; solo nos falta esperar inseguridad. Qué significa que en un pueblecito tan pequeñito solo existan indicios de quién provocó el robo con homicidio frustrado: significa que no los encontrarán. Ahora, si en lugar de haber sido a un currante, hubiese sido a un banco sin necesidad de violencia, los necesitados atracadores estaban entre rejas sin duda alguna. Tras esta breve reflexión queda una pregunta en el aire ¿cuántas vueltas habrá que darle a este sistema para que todos tengamos derechos, no sólo obligaciones?...
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