Colaboración con la Plataforma por la Defensa del Río Castril

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3.12.10

Otra amenaza para la vida del río Castril: Empiezan las obras de la central hidroeléctrica del Portillo.





Aprovechar la presa de un pantano para construir una central hidroeléctrica y producir energía, en principio, podría ser una iniciativa compatible con una concepción sostenible de la economía y los recursos. Plantearse la construcción de un pantano o de una presa con la finalidad de instalar una central hidroeléctrica es ya más que dudoso. Un pantano, una presa, siempre son intervenciones humanas que alteran el curso natural de los ríos provocando numerosas afecciones sobre el medio: inundan zonas de vega, modifican las condiciones del ecosistema, impiden los flujos de especies propias del hábitat de ríos y riberas, etc. Es posible que, extremando las cautelas ambientales, puedan reducirse los impactos hasta hacer considerar como medioambientalmente aceptables o necesarias algunas de estas intervenciones; algo poco frecuente, por no decir prácticamente nulo, en la mayoría de los casos.


Situándonos ya en el río Castril, acaban de iniciarse las obras de la proyectada central del Portillo, denominación del pantano sobre el río Castril. El pantano, ya de por sí, es una aberración ecológica que no se hizo más que con trasnochados criterios desarrollistas, económicamente injustificables y medioambientalmente insostenibles, respondiendo a la misma lógica de la mayoría de los pantanos construidos durante el franquismo. Lo más sensato, en estos momentos, hubiera sido plantearse un proyecto de recuperación integral del río, procediendo a la demolición de la presa. Ese sería el futuro más racional tanto para este pantano como para el de S. Clemente (sobre el río Guardal), también innecesario y antiecológico, y cuya absurda huella hemos heredado en la comarca de Huéscar.


Ahora bien, si partimos del hecho de que por ahora, salvo desde posiciones ecologistas, no se plantea la demolición, ¿puede darse utilidad a la presa con la instalación de una central hidroeléctrica? Si no se degradan y deterioran las condiciones en las que se desarrolla la vida del río, el ecosistema fluvial, los ecosistemas de ribera, y los derechos de los regadíos tradicionales se mantienen; si el proyecto ha cumplido con los preceptivos trámites de exposición y consulta, con las autorizaciones pertinentes, y si se han tenido en cuenta las alegaciones que en materia medioambiental se hicieron en su momento, especialmente por ACPES (Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas acuáticos del Sur) incorporando las consiguientes rectificaciones y medidas correctoras, podría aceptarse.


Especialmente preocupante sería que no se respetasen los caudales ecológicos y las cantidades adicionales para los regadíos de Castril y Cortes. Estos caudales ecológicos, que deben mantenerse a lo largo del año y que fueron estimados por expertos universitarios en estudio dirigido por el profesor Alba Tercedor, lo sitúan aguas abajo del Portillo en cifras que oscilan entre los 1000 y 1.500 l/sg. (véase pinchando etiqueta “caudal ecológico”). A ello hay que añadirle el caudal necesario para regadíos. Sólo de esta forma puede garantizarse que el incremento de impacto, sobre el que genera la presa de por sí, sea mínimo. Lo que no puede aceptarse de la CHG es el caudal que inicialmente han propuesto, de 500 l/sg. Esa cifra no responde a ningún estudio y no es más que el agua que pretenden dejar cuando la central se encuentre en el período en que no está turbinando y tras descontar la cantidad del trasvase a Baza. Dicho caudal, que es menor que el caudal que dejaron cuando hicieron las obras en el túnel (560 l/sg.), con las consecuencias sabidas de muerte de truchas (véase pinchando etiqueta “obras en el río”), en lo que fue todo un ecocidio y por el cual están imputados dirigentes de la Agencia Andaluza del Agua, sería la muerte inmediata y definitiva del río Castril como río vivo.


No nos consta que se hayan tenido en consideración todas las alegaciones y cautelas medioambientales, como tampoco que las obras vayan a realizarse con el escrupuloso respeto a las normativas de protección ambiental y cultural así como de tipo urbanístico. Por ello, la Plataforma por la Defensa del Río Castril, en los próximos días, va tomar una serie de iniciativas conducentes a que las obras recién inauguradas se ajusten a dicha legalidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa foto, si no fuera por la tremenda muralla que cierra toda una historia de Castril. Saludos, amigo.