Continúan las averías en el bombeo de agua de la fuente de Tubos. Los anejos sufren los cortes en el abastecimiento.

No son nuevos los cortes de agua. Vienen arrastrándose desde muchos años atrás. Unas veces eran por roturas producidas en la tubería proveniente del arroyo Juan Ruiz, a la altura de las Tabernillas, y en otras ocasiones por averías en la bomba ubicada en la fuente de Tubos. En este último caso los perjudicados eran los anejos, toda vez que al núcleo del pueblo no le afectaba, pues el agua llegaba por gravedad.

Puede parecer increíble, pero es cierto que Castril, teniendo un río de codiciadas aguas, no dispone de las infraestructuras que le permitan acceder a los recursos necesarios para su abastecimiento. El agua del arroyo Juan Ruiz es buena, pero discurre por una tubería que sufre continuas roturas y, además, es de fibrocemento, que contiene amianto, sustancia cancerígena y cuyo uso está prohibido (puede verse más información pinchando en la etiqueta abastecimiento Castril). Lleva unos meses sin  estar operativa. En el último pleno se propuso la sustitución momentánea del tramo que soporta mayor presión y donde se concentran las roturas mientras se consigue una definitiva solución para el total de la tubería; pero tal propuesta fue rechazada por la oposición, contando con la abstención de la concejal del GIC y la ausencia de un concejal del PP.

Cuando el agua para abastecimiento no proviene del arroyo Juan Ruiz, entra en funcionamiento el abastecimiento desde la fuente de Tubos. El problema de esta segunda alternativa (aparte de su calidad y sabor) es que la bomba se rompe con extrema asiduidad. Además de los inconvenientes de dejar a cientos de familias sin agua, el arreglo de sus averías suponen un coste considerable.

La última avería, el fin de semana pasado, consiguió arreglarse. Pero la población no puede estar en la incertidumbre de lo que sucederá con el agua que necesita para su consumo. Así lleva ya mucho años. En las legislaturas anteriores, con el mismo alcalde, no se hizo nada y los problemas se sufrieron en demasía, llegando meses de verano en los que había días en que todo el municipio se quedaba sin agua. Durante esos años, que las administraciones (incluido el ayuntamiento) disponían de más recursos, hubiese sido el momento idóneo para acometer las soluciones definitivas. Pero no se hizo, y ahora son muchos los obstáculos que hay que salvar. Las últimas iniciativas que desde el ayuntamiento se emprendieron están momentáneamente suspendidas; pero nadie puede bajar la guardia. Este problema tiene que solucionarse en los próximos meses.